3.6.5

¡Así de cerca quedé del piso!...



Muy seguido mi cabeza anda en mil cosas a la vez. Muchas veces hablo sólo en voz alta y no me doy cuenta hasta que alguien me mira con extrañeza, también de repente hago cosas de manera automática, desfasada o sin pensarlas...



Hoy, mientras mi mente maquinaba afanósamente en no sé qué, decidí sacar unos cuantos pesos del monedero para comprar unas proviciones en la tienda de la esquina, el problema es que utilicé las dos manos para sacar las monedas y se me olvidó que iba en la bicicleta a baja velocidad, por supuesto que no tardé ni un segundo en azotar con todo. Claro está que me paré de inmediato como si nada hubiera pasado y hasta mirando alrededor con cara de "¿qué fue ese ruido?"... El recuento de daños lo hice en un lugar a salvo minutos después de recoger mi gorra y mis cosas que salieron volando por los aires.



Afortunadamente sólo terminé con un raspón en la rodilla; lo malo es que quedó justo en el doblez y me duele-arde cada vez que camino, me siento o pedaleo... aunque creo que el ardor más fuerte fue el del oso que hice en plena vía pública, no sé, por lo menos me hubiera caido saltando a tres autos enfilados o en un recorrido "Downhill", pero por soltar el manubrio para sacar unas monedas...



¡Es el colmo!