Mientras viajaba con la familia por la carretera libre a Morelia, Michoacán, debatía con mi hermano sobre los paisajes de la zona, yo decía que no se prestaba el lugar para hacer "foto de paisaje" pero que sí funcionaba para "pintura paisajista", el decía lo contrario.
Cuando el calor de la plática subió de nivel, decidimos parar y retarnos como en las películas del viejo Oeste: plasmar en imagen lo mejor de un lugar tan árido y feo. En minutos, ya estábamos ambos sobre las vías del tren, frente a frente, con cámara en mano, el sombrero echado hacia adelante y con una pajilla en la boca.
Todo estaba dicho y listo para el duelo, mis padres a lo lejos veían con respeto que sólo uno de los dos regresaría al auto para continuar con el viaje. De repente, a lo lejos, se escuchó el silbato de una locomotora; acto seguido nos miramos y sin decir palabra cambiamos el reto: "Veamos quien hace la mejor toma con el tren". Cada uno escogió su posición... lo demás ya es historia.
Ejem, ejem,... Yo, donde pongo el ojo pongo la bala. ¡Jjjjjjjjjjjjpt!
PD. Lo último fue un escupitajo escrito.
Comunidad de Bassoco, Estado de México.
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